viernes, 21 de agosto de 2015

La Panera, El Espinar (Segovia)

Aunque veáis en el título que está en Segovia, La Panera está muy cerquita de Madrid, apenas 70 km y en una horita te plantas allí.

Fue un descubrimiento porque no lo conocíamos, mi peke andaba loca por ir de picnic, con su mantel, sus tuppers con filetes empanados, ensalada, tortilla.... ya sabéis, y buscando por internet un sitio chulo y cerquita que no sólo fuera campo, descubrí La panera.

Y repetiremos, es verdad que fuimos entre semana y daba gusto, una paz, una tranquilidad, nada masificado, con mucho espacio para instalar el picnic, jugar con las palas, con la pelota... pasamos un día estupendo.

Os sitúo, la Panera está en el Espinar, al ladito de los Angeles de San Rafael, según pasamos el puerto de Guadarrama. Para entrar cobran 5,50€ por coche, da igual los ocupantes, y dentro hay varios lugares destinados para dejar los coches.

Area Recreativa La Panera
Carretera de la Estación del Espinar a la Garganta, s/n
40400 El Espinar (Segovia)

El horario es de 9:00 a 21:30h y las piscinas (naturales pero cloradas) abren de 11:00-15:00 y de 16:00-20:00. El agua, como os lo explicaría, está fría, MUY FRÍA, aunque los pekes ni sienten ni padecen. Hay socorrista y están muy limpias.



Además de piscinas, la panera es un área recreativa, hay parkings, un río pequeñito, mucha naturaleza, un bar, merenderos a lo largo del río, baños y barbacoas. 




En el río el caudal, con el calor que está haciendo este año, es mínimo, pero mi peke, que nunca había estado en un río, disfrutó muchísimo lanzando piedras y buscando culebrillas. Os imagináis como está el agua. Si, FRÍA, jeje




Las barbacoas se pueden usar, a no ser que por inclemencias del tiempo ese día lo prohiban. Para ello hay que llevarse su propio carbón y la rejilla y por supuesto, dejarlas bien apagadas una vez usadas.
En esta foto de aquí se ve una de ellas al fondo.


Los baños también están muy bien, muy limpios, y con pequeñas taquillas por si queréis guardar algo.


Nosotros finalmente comimos en el suelo, con nuestro mantelito porque así es un picnic de verdad (ideas de la peke), y pasamos un día estupendo, rodeados de naturaleza, a la sombrita, sin calor sofocante, jugando, comiendo y riendo. ¿Se puede pedir más? Sí, cogimos un montón de moras que estaban riquísimas.





Animaros a ir si no lo conocéis, merece la pena.





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