Una superoferta en Paradores fue el inicio del fin de semana, y gracias a su recomendación y conociendo que mi pekemayor es una princesa, reservamos en el Castillo de Sigüenza.
Muy cerquita de Madrid (ya que el bebé lleva fatal los viajes en coche), apenas se tarda hora y media, y merece la pena porque te trasladas a otra época.
El Parador es muy bonito, un Castillo totalmente adaptado a un hospedaje. Quizá las habitaciones no son majestuosas, pero se paga el edificio. Por su puesto el punto fuerte, como en el resto de paradores es el desayuno, lo que disfruta mi pekemayor por la mañana.
Dedicamos el Sábado a ver Sigüenza, bueno, a pasear por sus calles, a comer el el Restaurante Calle Mayor, totalmente recomendable, comimos de lujo el menú degustación, y estuvieron muy atentos con los pekes.
Por la noche cenamos algo de picar en Atrio, y un acierto, cenamos muy bien, unos molletes y unas tapas muy abundantes, muy bien presentadas y sobre todo muy ricas. Entramos por casualidad y nos encantó.
Al día siguiente, tras el desayuno y dejar el parador nos acercamos a Atienza, estaba desierto, pero paseamos por el pueblo y por el campo, mientras hacíamos tiempo para ir a comer y luego venirnos a casa.
Pasamos un fin de semana genial, celebramos el cumple de mi peke y disfrutamos de estar los 4 al aire libre. Una buena escapada para ir con los niños.
