Perdonar por tardar tanto en hacer esta entrada, pero he tenido mil cosas en estos días.
Bueno, a lo que iba. Ya hemos empezado nuestra temporada de teatro. Desde bien pequeña hemos llevado a la peke al teatro, siempre a obras adaptadas a su edad, y la verdad es que la fascina, hasta lo ha echado de menos este verano.
La temporada la hemos empezado con la obra ¡A comer!.
Una obra de títeres, en el que su protagonista es un ogro cojo y hambriento, que cada noche, cuando llega a casa sólo puede comer sopa de zanahorias. Y él lo que quiere es un estofado de niño. Una noche, su sueño se cumple y un niño perdido llama a las puertas de su casa. Pero el niño tiene hambre, frío, hipo, sueño..... y el ogro no puede comerse a un niño con hambre, frío, hipo, sueño.... así que le da de comer, le calienta, intenta por todos los medios quitarle el hipo y consigue que se duerma acurrucado en su regazo. Al final cocinará un estofado........
Es una historia llena de ironía y ternura a partes iguales. Cuyo actor, en un decorado la mar de cuidado nos va transportando por toda la historia.
Cuando leí el argumento de la obra se me vino a la cabeza un cuento que a la peke le encanta.
En este cuento el protagonista es un lobo, cuya cena cada día es una sopa de verduras y él quiere un estofado de cordero. Y aparece una ovejita perdida en la puerta de su casa, también tendrá hambre, frío, hipo, sueño... pero el lobo sólo sueña con comérsela, y ella con ser su nueva amiga.
No os cuento ni el desenlace de la obra ni el del cuento, eso os lo dejo a vosotros.